sábado, 7 de febrero de 2009

Reflexión





"Existen muchas cosas que no son obvias. La mayor parte de las psicoterapias utilizan el habla para acceder a las experiencias tempranas inconscientes y olvidadas. Sin embargo, tenemos sentimientos mucho antes de aprender a hablar. Algunas personas no reparan en qué se dice sino en cómo se dice. Esta conducta nos permite descubrir las intenciones que se ocultan detrás de la estructura de las palabras, de modo que accedemos a los sentimientos que dictaron esa forma particular de hablar. En resumen, la manera de decir es por lo menos tan importante como lo que se dice."
"La dificultad de ver lo obvio" de Moshe Fendelkrais


Preparando el próximo seminario del mes de febrero, me encontré con este párrafo, que llamó mi atención. Luego de releerlo, entendí por qué. Yo soy de esas personas que le dan mucha importancia en "como" se dicen las cosas, además claro de lo que se dice.
Y me puse a pensar que eso debe ser una deformación profesional.
Generalmente cuando dos o más personas hablan, la atención está puesta en la palabra solamente. En mi caso se ponen en juego una serie de observaciones que tiene que ver con la forma de mirar, la expresión de la cara, el movimiento del cuerpo, el tono de voz y hasta la actitud que genera lo que esa persona está diciendo. A eso yo le llamo el "como".
Esto les diré que muchas veces me trae más de un problema...
Y ahora he dado con la razón de ello.
Habiendo llegado al nudo de la cuestión me quedan dos caminos: quedarme en la superficie de la palabra, o hacerle caso a mi obsesión por la observación de los movimientos (todo lo demás)
Y me quedo con la segunda.
Quiero seguir pensando que los humanos somos una unidad, que podemos aprender a ser conscientes, que no somos sólo un objeto parlante, sino que con esa palabra que estamos emitiendo hay un cúmulo de sensaciones, emociones, actitudes que acompañan ese decir.
Lo que quiero decir es que el cuerpo también habla y que sería bueno tenerlo presente...
Muchos malos entendidos entre las personas tienen que ver con este tema.
Habiendo un emisor que dice (desde su percepción de la mejor manera, sin malas intenciones), sin tener en cuenta "como" lo dice (puesto que desde ya tiene una actitud y una intención aunque no se dé cuenta); y un receptor perceptivo a todo lo antes mencionado (aunque no sea plenamente consciente de ello), casi con seguridad se producirá un mal entendido, el receptor se sentirá agredido, ofendido, o mal tratado y ninguno de los dos entenderá el por qué.
Uno no entenderá el porqué del enojo del otro.
Desde luego esto sólo es una opinión personal.
Los libros tienen esas cosas, con una palabra o una frase pueden llevarte a una reflexión...








12 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Qué razón tienes Miriam!, me ha pasado hace unos días en mis clases con una alumna. Me preocupa mucho no saber ser entendida y es algo que a veces me bloquea.
Besicos muchos.

Anónimo dijo...

Un buen ejercicio de consciencia, la observación de la propia actitud, gestos, etc.,y la de los otros.
Por eso a veces en internet suele haber malentendidos, en gran media producidos porque no se tiene a la persona que habla delante, ni se ve su cara, sus gestos, su tono... Y por otro lado debidos a cómo se encuentra quien lee, a cómo lo interpreta en ese momento.

Un besillo.

Un besillo.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Lo que hoy expones es muy interesante y cuando dices que te ha causado algún problema , a mi me pasa y no soy sabedora de lo que cuentas, pero a veces por según que gestos he tenido más de un disgustillo. Para mi la palabra es un aspecto pero no es el único, para mi cuenta mucho el gesto y asi intento transmitirlo a mis alumnos aunque no se bailar. Me pongo manos a la obra para poner la camara en marcha.
Un abrazo

-- dijo...

hay formas de hablar que dicen tanto como las formas de escribir

besos

Lore dijo...

¡que bueno miriam!
yo estoy leyendo sobre la "atención consciente" en A.Blay, y dice un poco eso mismo: llegar a "atender" al otro de verdad, a TODA su persona, y sin olvidarte de ti en el proceso!!!
y es que el problema radica en que generalmente saltamos de una posición a otra: cuando es "nuestro turno de hablar" nuestra atención está solo puesta en nosotros (bien podría ser un monologo...) y cuando "escuchamos" sólo lo está en el otro...
y bueno, en intentar combinar las dos cosas ando yo...¡y vaya si cuesta!
:-)
pd: de los libros que me dijiste (tres te lees a la vez?!?!?), el que no conocia es el de "La victoria de la Conspiración, el fin de la indiferencia suprema. De Hania Czajkowski"...le eché un ojo en google...¡pinta rechulo! un cuento con transfondo, que bueno...la la "lista de pendientes" va!!! ;-)
besucón!

Martine dijo...

Muy interesante esta reflexión, Miriam y tu manera de captar en su totalidad lo que el interlocutor dice y como lo hace, se nos escapa a menudo, a mí si, lo confieso..
Gracias por tus enseñanzas!

Un beso muy cariñoso, mi linda Bailarina!

Miriam dijo...

Nani, a mi pasa lo mismo, lo del bloqueo digo, por eso trato de observar y hacer observar mas allá de las palabras.

Es verdad Bacdiras, puede pasar a menudo en este medio. Lo bueno es aprender a ponerlo en practica en el día a día.

Dríada, por lo que cuentas en tus entradas imaginé que eras de las mías... Nos vemos pronto!!

Bienvenida Woman in Love! gracias por visitarme.

Besos a todos!!

Miriam dijo...

Hola Lore! tomo nota del libro que estás leyendo. En realidad por los seminarios que preparo, leo y releo varios libros a la vez, buscando información que les ayude a mis alumnos a comprender y aprender nuevas formas de comunicación con ellos mismos y con los demás.
A veces estoy con dos o tres a la vez, y voy pasando de uno a otro segun mi atención me lo proponga.
El libro de Hania es muy interesante, ya que es una novela en la que las enseñanzas vienen como cuentito y entre líneas.
Y si cuesta mucho a veces, pero haciendo el ejercicio se aprende.

Selma, a esto se aprende y te aseguro que te ayudará en el entendimiento con el otro y contigo misma. Por lo menos a mi me ayuda.

Besos chicas!!!

Gatadeangora dijo...

Pienso como tu, es igual de importate lo que se dice y el como se dice. A veces he visto a gente que hablaba sin emocion como loros, dijera lo que dijera, y eso me da muy mal rollo. Solo mostraban entusiasmo cuando hablaban de ellas mismas.
El cuerpo habla por supuesto que si.
Besitos

Miriam dijo...

Gatita, que bueno que viniste, ya te estaba extrañando!! ya veo que no soy la única que piensa de esta manera!!
Besitos

CarmenS dijo...

Eso tiene de bueno el diálogo cara a cara, la conversación entre dos personas que se miran a los ojos, que gesticulan y mueven las manos: las palabras se cargan de contenidos y el mensaje adquiere visos de sinceridad o de sospecha, que todo cabe. El teléfono quita elementos de entendimiento a la conversación `pero todavía queda el tono, las pausas...

Guadalupe Munguia dijo...

Yo soy de las tuyas Miriam:pongo atención en el qué y el cómo se dicen las cosas. Pero igual de importante es el cuándo decimos las cosas (especialmente si hay afectividad de por medio).

A mí me gusta mucho conversar en directo con las personas: mirarlas a los ojos, interpretar sus gestos, etc. Hacerlo mediante el internet nme representa un reto intelectual, que también me gusta mucho, porque además de escoger las palabras debes de escribir de tal manera que las diferencias en el uso del lenguaje, por cuestiones culturales, no representen un impedimento para transmitir el mensaje.

Esto es lo que me encanta de visitar tu espacio: que siempre hay lugar para la reflexión y el aprendizaje.

Un besote amiga y saludos a la pequeña bailarina y a Marce