" En nuestra realidad corporal, cada una de nuestras células toma en cuenta a las otras células y cada uno de nuestros órganos está en relación con los otros. Si las relaciones son a veces difíciles, somos con frecuencia los responsables. Sin quererlo, por supuesto, entorpecemos con nuestro celo las funciones biológicas más naturales, queremos imponer a nuestro cuerpo reglas, leyes, que no tienen nada que ver con las suyas. Nuestro cuerpo ha recibido estas leyes de la Tierra, del Sol , de la Luna, de una muy antigua sumisión a sus ritmos, y podemos rechinar los dientes, apretar los puños, taparnos los oídos, la nariz, cerrar los ojos y creernos aislados en el interior de nuestra bolsa de piel, pero jamás podremos abolir esas leyes que hacen que cada uno de nosotros posea, en este mundo viviente, su lugar de ser viviente."Thérése Bertherat. Las estaciones del cuerpo.
Esto de ser "ser viviente", en estas épocas, no es tan sencillo... Nuestro cuerpo está preparado para responder a las necesidades básicas de otra manera, como lo hacían nuestros ancestros, que en el medio del cemento poco tiene que ver con la Tierra, el Sol y la Luna.
Pero no es bueno olvidarlo, porque nuestros ritmos aún en el cemento, siguen respondiendo a las mismas leyes de la naturaleza, aunque muchos de nosotros ni siquiera lo sepamos.
Por lo pronto deberíamos comenzar por prestarle atención a las señales que nos manda nuestro cuerpo, a veces sutiles, a veces a los gritos con un dolor agudo. Afilemos nuestra escucha para que cada pequeña señal sea escuchada.
Por otro lado la única manera de hacerse permeable, sensible nuevamente con nosotros mismos es "i n t e n t a r" detener la máquina loca que tenemos en nuestra cabeza, que nos aturde con pensamientos urgentes y no nos deja espacio para lo importante: Nosotros mismos.
Si tuviera una fórmula les aseguro que se las daría... pero no la hay, por lo tanto cada uno deberá encontrar la forma de "PARAR", e intentar comenzar de nuevo como cuando éramos niños, paso a paso...
Saben? cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles, y tenemos un solo cuerpo, una sola "bolsa de piel" que nos llevará durante toda una vida...
Es posible, no fácil, pero posible y como consuelo estamos los que podemos ayudar a partir de nuestros conocimientos. Aunque nosotros sólo podemos ayudar, la decisión es de cada uno y la constancia también.
Es una tarea diaria, proponerse cada día un minuto para nuestro cuerpo, aunque más no sea para recostarnos en un sillón y con una música que nos guste y la luz baja, entregarnos y dejarnos llevar solamente por la sensación y hacerle una caricia interna a ese cuerpo castigado y agotado.
Les propongo intentar y si tienen ganas después me cuentan...
Empecemos por aquí, deben ocuparse primero de lo primero... detenerse y prestarse atención...
Es una manera de "Honrar la vida" como dice la canción, no es bueno solo permanecer y transcurrir...
Todo mi cariño y mi fuerza para intentarlo!!
Vale la pena!

Les aconsejo que después de leer esto, entren en el último cuadro de la barra de video.
Aquí nuestra Mercedes Sosa, que mas que nada "es la tierra misma", nos canta una canción de Eladia Blazquez, llamada "Honrar la vida". Es para mí, una de las canciones más hermosas, y en la voz de Mercedes, un lujo para el oído.